No. La colocación de un implante se realiza bajo anestesia local (articaína/epinefrina o mepivacaína) como la que utilizamos para realizar cualquier otro tratamiento dental. Si eres aprensivo al pinchazo, siempre vamos a aplicar crema anestésica tópica (bupivacaína) antes de la inyección del anestésico, por lo que las molestias van a ser mínimas.
 
La colocación de un implante es muy neta, parecida a la de hacer un empaste, por lo que solo oirás un ruidito acompañado de agua. El procedimiento en casos de implantes unitarios es muy corto y sencillo. El postoperatorio suele ser muy favorable.

Siempre que perdamos una pieza dental lo ideal es reemplazarla en el menor tiempo posible para que nuestra oclusión (manera de cerrar la boca) no se vea alterada.

Siempre que sea posible (económicamente), vamos a aconsejar la colocación de un implante (tornillo) que sustituya al diente, puesto que es la solución más conservadora y natural para recuperar la función y la estética dental.

Un puente dental es la colocación de unas coronas (fundas) dentales apoyadas en los dientes vecinos, es decir, para la ausencia de una pieza deberemos realizar un puente que se apoyará en los dos dientes colindantes, el anterior y posterior a la ausencia dental.

Para la confección de estas fundas desgastamos los dientes de apoyo del puente. Es decir, para la ausencia de un diente, haremos tres fundas que van unidas entre sí. La “mella” estará tapada por la pieza póntica, a ras de la encía, pero esto no significa que no entre comida ahí. La limpieza debe de ser exhaustiva en esta zona usando unos hilos especiales para puentes.

En determinados casos de falta de varias piezas, no recomendamos la colocación de un puente, ya que este se puede fracturar si el tramo edéntulo es muy largo.

En cuanto a los implantes, estos sustituyen de manera individual a los dientes. Por lo que en casos de ausencia de un sólo diente, la higiene será parecida a la de un diente natural. En este caso no tenemos que apoyarnos en los dientes vecinos, por lo que seremos más conservadores en el tratamiento que si colocamos un puente.

En casos de ausencias de varias piezas (más de dos dientes), realizamos puentes sobre implantes, es decir, no sustituimos cada diente por un implante.

Siempre será el dentista el que tras una exploración de su boca y un examen radiológico te recomendará el mejor tratamiento para tu boca.

Pensar que un implante va a durar toda la vida es un concepto erróneo que debemos quitarnos de la cabeza.

Muchas veces solemos pensar que el hecho de pagar ese diente nos va a durar para siempre, con ello no quiere decir que no sea el tratamiento más duradero que tenemos a día de hoy, pero son muchos los factores individuales de mantenimiento de ese implante y de patologías propias del paciente como: la enfermedad periodontal, el tabaquismo y otras enfermedades sistémicas que puede tener el pàciente, las que hagan poner en riesgo la salud de un implante dental.

Es muy importante mantener una higiene óptima de los implantes dentales, así como acudir a sus citas de revisión y mantenimiento de los implantes.

La principal diferencia entre la reposición de tus dientes con implantes dentales o con una prótesis dental removible, es que vas a tener los dientes fijos como si se tratara de tus propios dientes naturales, por lo que su adaptación y acomodamiento va a ser lo más parecido a tener tus dientes.

En el caso de las prótesis removibles, estas son de quita y pon, van apoyadas tanto a los dientes con unos ganchos (que suelen ser visibles) y también a los rebordes alveolares (en el caso superior también irá apoyada al paladar), con lo que la sensación de tener algo extraño en la boca y la adaptación a la prótesis suele ser más desfavorable.

Al ser móviles, pueden aparecer llagas en las mucosas y la comodidad a la hora de masticar determinadas cosas es limitada.